¿Por qué?

No me interesa analizar el sexo desde un punto de vista estadístico, como con qué frecuencia tenéis encuentros íntimos, la duración o quién llega al clímax primero. En lugar de enfocarme en métricas superficiales, invito a explorar las capas más humanas y emocionales del sexo, algo que muchas veces se pasa por alto.

Entonces, me pregunto: ¿Por qué dejamos de tener sexo con la persona que amamos? ¿Por qué el amor, por sí solo, no es capaz de mantener una relación de pareja? ¿Por qué no logro encontrar el amor y el sexo en la misma persona? ¿Por qué no siento deseo hacia mi pareja, pero sí hacia otras personas? ¿Qué sentido tiene tener sxo con alguien que no habla sobre sexo? ¿Están mis expresiones corporales durante el sexoen armonía con lo que realmente siento, o son representaciones vacías? ¿Mis sonidos y movimientos bailan en sintonía con mis deseos o solo existen para satisfacer al otro?

¿Por qué en mis relaciones es difícil encontrar a alguien que esté en la misma sintonía emocional y erótica? ¿El problema es el sexo o la falta de una comunicación abierta y asertiva sobre el tema? ¿Qué entiendo yo por comunicación? ¿Cuál es mi comprensión sobre el sxo? ¿Por qué no me siento libre para compartir mis fantasías con mi pareja? ¿Por qué permito silenciar mis deseos en nombre de la relación?

¿Cuánto entendemos de nuestro propio deseo antes de intentar compartirlo con alguien más? ¿Cuánta de nuestra vulnerabilidad estamos dispuestos a revelar?

Compartir deseos, fantasías y límites no debería ser un acto de valentía, sino la base natural de la relación. Sin embargo, hay tantas barreras culturales, emocionales e incluso personales que nos llevan al silencio o a representaciones vacías de lo que realmente sentimos.

El sexono es solo técnica o biología, sino una forma de arte, una expresión de conexión y autoconocimiento.

Por Claudia Carvalho