Un sexo con tabúes no es una relación íntima placentera. Vuelvo a repetir: NO DEBERÍAS TENER SEXO CON QUIEN NO ESTÁ DISPUESTO A HABLAR SOBRE ÉL.
Quien no tiene comunicación sexual en su relación no está haciendo sexo; está reproduciendo escenas prestadas, tomadas de películas o fantasías colectivas que nunca han sido cuestionadas. Es imposible construir una relación sexual placentera y satisfactoria de manera mutua sin una comunicación abierta, honesta y sostenida sobre el sexo.
Decir palabras o expresar lo que te gusta durante un encuentro íntimo ES SOLO UNA PEQUEÑA PARTE DE LA COMUNICACIÓN SEXUAL. Pocas parejas logran mantener una comunicación asertiva y con total desnudez emocional sobre este tema, porque hablar del deseo requiere primero reconocerlo. Para comunicar al otro mis deseos, fantasías y emociones, necesito antes identificarlos, nombrarlos, comprenderlos y, sobre todo, explorarlos. No basta con decir "me gusta esto"; necesitamos un lenguaje propio para traducir lo que sentimos y deseamos.
Cuando pregunto a las personas cómo funciona su deseo, muchas me contestan: "Me gusta que me toquen así" o "Siento placer en esta posición". Pero estas respuestas describen únicamente las formas de excitación, no la naturaleza profunda del deseo, ni cómo este se alimenta, se enciende o incluso se apaga. ¿Sabemos realmente lo que deseamos? ¿O solo repetimos patrones aprendidos?
Por desgracia, lo básico sobre educación sexual sigue siendo un vacío enorme. Aprendemos a tener sexo, a desear y a intentar provocar placer a través de las películas para adultos, pero estas narrativas distorsionan por completo el concepto del universo del sexo, del placer y de la intimidad.
El placer, la conexión y el erotismo no se construyen con guiones. Se construyen con vulnerabilidad, comunicación y una voluntad genuina de aprender juntos. Porque al final, el mejor encuentro sexual no se mide por el rendimiento, sino por la libertad que sentimos al compartirnos, completos y auténticos, con el otro.
Por Claudia Carvalho
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