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Foto del escritorClaudia Carvalho

El papel de la mujer es DAR.



Una de las principales enseñanzas que la sociedad ha dejado como herencia para la sexualidad femenina es el rol de dar. A las mujeres se les enseña y socializa para dar. En el sexo, la mayoría de las mujeres buscan mejorar su vida sexual motivadas por aprender "técnicas" para dar más placer a sus parejas. Nos enseñan a aprender formas, métodos y a educarnos para provocar placer en el otro, pero a menudo descuidamos nuestro propio placer. No buscamos estas técnicas porque nuestro placer sea primario, sino porque es secundario, puesto al servicio del otro. El problema radica en que este enfoque perpetúa una desconexión con el propio placer y limita las relaciones auténticas, donde ambos puedan compartir el placer de manera mutua.


Cuando nuestra libido está baja o no tenemos el mismo deseo de tener relaciones sexuales con la misma frecuencia, buscamos "paliativos". Sin embargo, no lo hacemos enfocándonos en nuestra propia libido, sino preocupándonos por ajustarnos al deseo y la frecuencia sexual de la otra persona. Es decir, nos entrenan para dar y no para ser las protagonistas de nuestro propio placer, deseos y fantasías.


Una mujer que ocupa su espacio en su sexualidad y placer comprende que su placer es único y nunca secundario. Para ello, es fundamental una educación sexual adecuada, romper tabúes, fomentar el autoconocimiento, validar su experiencia, abrazar su historia y permitirse descubrirse plenamente.


PORQUE SÍ


Por Claudia Carvalho

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